¿Qué pasa cuando dejamos a medias un trabajo? Obvio, no hay resultados positivos, algo similar a lo que sucede con Guatemala en el aspecto social, cultural, económico y político. Estamos a medio trabajo y hay que trabajar duro para terminar de construirnos un país digno.
Hoy estamos celebrando un año más de independencia, 196 para ser exactos desde dejamos de ser dependientes de un imperio para tomar las riendas de nuestro destino. Mucho ha pasado desde entonces, cosas buenas y malas.
El sueño de tener un territorio libre, soberano e independiente no se concreta al firmar un papel. Es una tarea que lleva muchos años, mucho sacrificio y trabajo duro. Debe de existir una visión de país con metas claras y definidas.
Para ello, lo sabemos ahora, debe existir un balance entre la cosa pública y la privada. La sinergia entre ambas partes debe ser una simbiosis. Sí, es una relación biológica de mutuo beneficio y excelentes resultados para los implicados.
Feliz cumpleaños, hermanos y hermanas guatemaltecas. Hoy nos celebramos a todos los que creemos que una nueva Guate es posible.
Pero nos acostumbramos a tener una relación parasitaria una de la otra, y como sabemos, en esa relación sólo uno se beneficia del otro. Acá en nuestro país el parasitismo se ha visto en doble vía. Y es cíclico.
Por momentos el Estado ha dependido en gran manera y chupado los recursos de la inversión privada, al punto que no ha existido buena inversión de los recursos obtenidos de la recaudación fiscal.
El dinero ha servido para mantener los gustos de funcionarios públicos, sin que exista una buena disposición de cumplir la función estatal: lograr buenas oportunidades para todos. Los beneficios se quedan en pocas manos y nunca llegan a la población.
Esto se logra al invertir en salud, educación y condiciones de desarrollo para PYMES. Pero, culturalmente, el Estado se ha dedicado a chuparse los ingresos para perpetuar negocios propios que viven del erario público. Allí tenemos a la gran cantidad de diputados y ministros que su mejor cliente, son los proyectos a dedo que se recetan.
La otra cara de la moneda aparece de la mano de ciertos empresarios que se han colgado del Estado para obtener beneficios egoístas. Esto se ha visto por medio de tratos bajo la mesa en que se perdonan impuestos, se otorgan proyectos con nombre y apellido, se colocan piezas afines a los intereses empresariales en ministerios claves.
En esa danza de la impunidad nos hemos mantenido durante años y los resultados, pues, nos tienen como estamos hoy.
Lo que el Congreso hizo hace tres días no es fortuito, es una práctica acostumbrada de años. Es producto de intereses y mafias que han saqueado la confianza en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial; al mismo tiempo que ha puesto con antifaz de delincuentes, al sector empresarial.
Todos sabemos que no es así, porque así como existen excelentes funcionaros públicos, hay empresarios éticos, probos y que quieren ver una Guatemala próspera y llena de oportunidades para todos.
El trabajo de depuración de Estado que iniciamos hace dos años como ciudadanía no ha concluido. Tenemos que reformar el sistema, hacerlo fiscalizable, eficiente y accesible. Es nuestro deber limpiar la casa antes de volver a amueblar.
No hay otro camino.
La independencia, la verdadera independencia es actitud individual: cambiarnos nosotros para cambiar el entorno. No que cambien los demás, sino que cambiemos. Este trabajo debe de concluir ya, lo antes posible, arremanguemos y hagamos nuestra la tarea: un mejor país está a la vuelta de la esquina.
Feliz cumpleaños, hermanos y hermanas guatemaltecas. Hoy nos celebramos a todos los que creemos que una nueva Guate es posible 🙂
#EsDeChapines