Típico que con un par de tragos ya se siente acorazado, intocable, prepotente, que nadie le debe nada. El salvador del mundo, un vengador de sí mismo, que piensa que porque ya tiene algunos recursos, el planeta le debe pleitesía.
Le pone nombre a su carro, sí, La Bala de Plata, digamos. Y se monta en La Bala de Plata un viernes por la tarde y maneja como loco, pegándose a los otros carros, metiéndose impunemente donde puede, tocando la bocina como si con ello, fuera mágicamente… perdón, magnéticamente, separar el tráfico y que pase él.
Se pasa de una fila a otra, llevando el tráfico con él. Donde se parquea, hay cola. Se regresa a la fila de en medio, genera cola, se va metiendo entre los carros imprudentemente, generando más cola. Se pregunta “¿Por qué me persigue la desgracia?” La respuesta es él mismo: con su forma de manejar errática, produce tráfico a diestra y siniestra.
Y bueno, inevitablemente viene una de esas en que alguien le raya el bumper de su carro. Es un viernes. A las 17:30 horas. Boulevard Liberación. Se baja histérico, ofrece resolver las cosas por medio de golpes, exige que le cambien de bumper, qué bumper, lodera entera, sabe qué, me debe un carro…
Intransigente, le anda ofreciendo trancazos a todo mundo, no se amilana en sacar el cuete y tirar dos plomazos al aire, pide vía con una mentada de madre y si no se la das, se viene haciendo luces detrás de ti bien pegado, esperando que lo choqués y así hacer más grande el tráfico…
Ahhh, pero si le ponen una remisión, es el primero en explotar en las redes sociales que la autoridad es una “M”, que los policías unos “H”, que el vecino un “P”, y que la mamá del alcalde una “C”.
Todos conocemos a alguien así: el Magneto del tráfico, el imán de los trancazos… ayuda a que cambie de forma de ser, tagueándolo en el post.
¿Qué otros héroes y antihéroes conoces del #tráficogt?