Aprovechando hoy se celebra el día del maestro, esta es una reflexión sobre la labor que realizan los educadores en los salones de clase, que trasciende las paredes y que permea la sociedad en que vivimos.
“Y me hice maestro que es hacerme formador” Frase célebre de José Martí, que nos refleja que, como maestros, somos hacedores de Cultura, y que, no únicamente estamos circunscritos al mundo académico.
Querido amigo, tu eres maestro, eres formador, agente de cambio, transformador para bien o para mal, no necesariamente necesitas estar al frente de un salón de clase para convertirte en su líder.
Eres maestro en tu casa, con tu familia, en tu trabajo, en la Universidad, en la Iglesia, cuando conduces, cuando compras en el supermercado, en el mercado, cuando caminas por el barrio, la colonia, la comunidad o la Aldea.
Con nuestro ejemplo desarrollamos más aprendizaje que cuando facilitamos una enseñanza.
Podrías preguntarte ¿qué está pasando en nuestros salones de clase que este impactando en esta sociedad guatemalteca? Reflexiona sobre tu aporte como educador en nuestra sociedad.
Esta sociedad que necesita ciudadanos competentes, con habilidades y destrezas que le permitan superarse, enfrentar los retos de la vida con una actitud correcta.
Ciudadanos que sean generadores de proyectos para mejorar su entorno.
No hemos caído en cuenta que nuestra labor trasciende las paredes de los salones de clase, que necesitamos el apoyo de las autoridades y de los padres de familia para lograr formar una cultura ciudadana.
La práctica de los valores no solo como contenido o definición sino sentido en cada acción que realizamos, nuestra actitud marca la diferencia.
Las relaciones interpersonales que nos ayudan a crecer y hacer crecer a los demás, nuestra pasión por hacer las cosas con excelencia, lo mejor que puedo hacer, no por la remuneración que me puedan brindar sino por el beneficio que también llegará a otras generaciones.
Los centros educativos deben convertirse en formadores de cultura sana, positiva, ciudadanos que permita el desarrollo del país. Se estarán preguntando ¿cómo se logra esto? Simple: acción-reflexión-acción.
El sistema educativo del país está centrado en un aprendizaje por competencias, sin embargo, seguimos con las mismas metodologías, los mismos ejemplos, las mismas actividades y los mismos contenidos.
El aprendizaje significativo requiere de maestros facilitadores de experiencias nuevas de aprendizaje partiendo de conocimientos previos de los estudiantes.
El impacto o aporte que tú le brindas a los estudiantes puede marcar la diferencia. Esto nos lleva a que manejamos cierto grado de poder o influencia sobre las personas que nos rodean. ¿Qué poder ejerces sobre los que te rodean? ¿Es positivo, es negativo o es manipulador?
Si haces la reflexión a estas preguntas puedes tomar acciones que beneficien o perjudiquen tu entorno.
Hagamos florecer la cultura ciudadana que necesitamos y para ello, creo que esta generación debe iniciar por limpiar el terreno, preparar la tierra, seleccionar la semilla y empezar a sembrar.
Seleccionemos nuestros terrenos para iniciar la acción, este proceso de siembra y cosecha tiene un tiempo de producción.
¿Qué acciones crees que deberías de tomar como maestro y ejemplo de los demás?’