Estamos a punto de cumplir un año de la primera protesta que se se convocó, ¿se recuerdan? Fue el 25 de abril de 2015, cuando salió medio mundo a pedir la renuncia de Roxana Baldetti.
Había cierto temor, incluso una campaña negra merodeó la semana previa, pero rápido los medios, tan animados que estaban, descubrieron que era una trampa y la manifestación sucedió bellamente.
Una mezcla entre armonía, esperanza y rabia se reunió en la Plaza de la Constitución. El mugroso oloroso a bish y a mota de la plaza fue opacado por la cantidad de chapines que asistieron con banderas azules y blancas, con las piñatas de Otto y Roxana en llamas. Todo fue limpio al punto que se organizaron comisiones para recoger la basura que se generó, al final de la protesta.
Luego de esa jornada vinieron veintipico de protestas, sábado a sábado, sonando los tambores, las vuvuzelas, las banderas, los cánticos. El infaltable Himno Nacional a las cuatro empunto de la tarde.
“Otto ladrón, directo a Pavón”, gritaba la multitud.
“Otto Pérez ladrón, directo a Pavón”, gritaba esa multitud dentro de la que surgieron tantas amistades, noviazgos y (deplano) desamores y uno que otro pleito irreconciliable.
Se hicieron muchos recorridos por las calles del centro, por las tardes y por las noches, donde la gente reconoció las instituciones como propias: la Corte Suprema de Justicia, el Congreso, la Corte de Constitucionalidad, el Palacio Nacional de la Cultura.
La población se sintió chichuda, como una tropa ciudadana que planeaba sacar a la corrupción de todas las redes del país. Nunca antes se había visto algo similar, no por medio siglo.
Y claro, las marchas alcanzaron sus logros. Se pudo encarcelar a Baldetti y a su compinche, Otto Pérez, luego de que ambos renunciaran con cuatro meses de distancia. El binomio mañoso pagó lo que debía y ahora tiene sus bienes en proceso de extinción. Algo inaudito en un país adecuado a la transa, a la turbiedad y a aguantarlo todo.
La cosa candente provocó que se hiperventilaran sus juicios (donde están rindiendo cuentas) y un chingo de casos se han seguido por Twitter como si fueran partidos de futbol. La nueva selección nacional son el equipo de fiscales del MP que comandados de Thelma Aldana, nos ha traído mucha alegría al país.
Claramente, cuando se vio que Manuel Baldizón estaba fuera de la contienda, en parte producto a las protestas y en parte a la mala estrategia del supuesto “líder”, muchos se dieron por servidos y regresaron al sofá para echar la hueva.
Mucha de la furia que se notó el año pasado parece que se escondió en alguna esquina que no se quiere barrer. Porque se pensó que con elegir a un nuevo presidente sin supuestos vínculos políticos se terminaba la cosa y nanai compadres, pues los tranzas sobretodo en el congreso están vigilados pero tranquilos.
A esos uno no puede ofrecerles la mano, porque rapidito ya te están agarrando del pie y si no es que el buche. Estas lacras tienen secuestrados los diferentes organismos de justicia, a muchos niveles.
Por ejemplo, para apoyar la reforma a la ley del Ministerio Público y para rechazar a los tránsfugas, se convocó a la mara al Congreso pero se extrañó que la convocatoria no fue la misma. El apoyo se terminó de dar cuando Thelma Aldana e Iván Velásquez llegaron al hemiciclo, poniendo a temblar a los allí presentes.
Pero en la otra ley, la electoral, la que busca que los políticos no puedan aferrarse tanto a la guayaba, no se vio claro. Mucha gente dice que son insuficientes los cambios a la ley pero si ni así, mutilada, logró seducir a los diputados porque le tienen miedo al tema del financiamiento, menos se va a lograr que pase con más dientes. Acá tiene que venir la presión, sí o sí, de la ciudadanía.
Porque esta es la variable que desequilibra: el pueblo. Que lleguen muchísimas personas a exigir una ley electoral efectiva, es la única forma que abre la posibilidad para que sea aprobada y que tenga buen resultado.
Ya en una oportunidad la ciudadanía tomó el Congreso y presionó de tal manera que los diputados tuvieron que votar a favor de quitarle la inmunidad a Otto Pérez Molina (incluyendo los de su propio Partido Patriota).
¿Se recuerdan de eso? Si lo que hay que tener claro es que el pueblo delega su poder en los diputados. Hay muchas otras leyes que nos pueden servir, como la de servicio civil. No seamos llamarada de tuza, démosle seguimiento a lo que se alcanzó el año pasado.
No nos durmamos en los laureles, ni nos dejemos dormir por los políticos de ahora, porque para que existan políticos capaces y confiables, tenemos que exigir y trabajar todos para que eso suceda Y NO ES DE LA NOCHE A LA MAÑANA. Adelante pueblo, no paremos hasta alcanzar un Estado de Derecho como debe de ser, atentos que las fuerzas oscuras no descansan.