MITAD Y MITAD

 

El país ya pasó por un punto de inflexión en 2015, después del cual estamos todos – gobernantes y gobernados- comenzamos un proceso de reconstrucción del país y de nuestra sociedad.

 

Todos estamos de acuerdo en que el Estado debe de cumplir con sus obligaciones, ese es el compromiso de la República y debemos exigirlo a cabalidad, es nuestro derecho. Tenemos que pedir y pedir. Pero también dar y cumplir con nuestra parte.

 

Ya lo dijo el economista inglés Henry George: “El Estado debe de proveer a sus ciudadanos de los insumos para el desarrollo conforme su aporte, no servirse del desarrollo de los ciudadanos para sí mismo”.

 

Pero exigir que el Estado cumpla con sus responsabilidades, sólo tiene sentido, sí y sólo sí, nosotros los ciudadanos somos contribuyentes activos de la “sanidad” del sistema. Debemos de cumplir todos y cada uno con lo que se nos pide: respeto a las leyes, conocer y cumplir nuestras obligaciones, para posteriormente poder exigir el cumplimiento de nuestros derechos.

 

Hay una forma de pensar de muchos chapines donde dicen “yo pagaré impuestos cuando se los dejen de robar” o “si todo el mundo incumple la ley y se salta las trancas, ¿por qué yo voy a ser diferente?”. Pensar así no es bueno, actuar así, ¡peor!

 

A veces pienso que es casi como que hubiera habido un terremoto como el de 1976 (un terremoto que la corrupción causó), y que vino a romper esas viejas estructuras; esas sucias prácticas de cómo hacer política, negocios y proyectos.

 

La onda es que ahora toca reconstruir, levantar nuevas estructuras y rescatar lo bueno que quedó dentro de los escombros (porque sí lo hay, no hay que ser tan negativos).

Tenemos que pedir y pedir. Pero también dar y cumplir con nuestra parte. Ese es nuestro reto para el 2017.

 

Muchá, hemos llegado al punto en que básicamente nos estamos enfrentando la gente que queremos hacer bien las cosas, contra los que quieren seguir en la transa y la corrupción. Nosotros nos apoyamos en instituciones como MP y CICIG y organizaciones de ciudadanas que nos están permitiendo aprender, organizarnos y participar; y los transas en el sistema clientelar de corrupción, nepotismo, violencia y mercantilismo.

 

Estamos los que queremos cambiar para generar oportunidades, desarrollo, trabajo, transparencia, los que queremos cumplir para tener cara para luego exigir; versus los que quieren mantener el poder a base de miedo, leyes “amiguistas” y seguir señalando a otros que lo hacen para evadir su responsabilidad.

 

Es fácil quedarnos acomodados en la indiferencia e ignorancia. Es fácil querer que siempre el otro: el vecino, el empresario, el sindicalista, el campesino, el político, el de allá— cumpla con sus obligaciones, para que después a mi ya me den ganas de cumplir las mías.

 

El terremoto del 2015 derribó mucha de la corrupción que nos ha dañado tanto como país. Las instituciones de gobierno y la ciudadanía avanzan en señalar el camino hacia una reconstrucción de nuestro país.

 

¿Estamos los ciudadanos dispuestos a participar de lleno en la reconstrucción? ¿Estamos dispuestos nosotros a conocer y cumplir nuestras obligaciones antes de exigir que se cumplan nuestros derechos?

 

¿Cuál es tu opinión de esto, de qué bando vas?

 

#EsDeChapines