Desde pequeños nos enseñan que lo ajeno, no se toca. ¿Por qué a muchos políticos se les olvida eso cuando llegan al poder? Simple: se dejan convencer por nuestro antihéroe más perverso: el maligno Malversación o Peculado, especialista en desvío de recursos públicos. Conozcámoslo a continuación. #EsDeChapines